A la noche salimos a dar una vuelta con el reflector, y vimos 3 virachos a los cuales no les pudimos tirar por diversas razones. De todos modos valio el viaje, siempre es una experiencia y una aventura.
El calor es un enemigo en verano, y mas lo son las vivoras a las que hay que estar muy atentos, el tema es que las ganas de ir a cazar son mas grandes que el miedo, lo cual no es una ventaja o mas bien es una estupides pero igual asumo la responsabilidad. Estoy pensando seriamente en ir a comprar una polainas esta semana.
FERNANDO CON UNA YARARA QUE NOS SORPRENDIO A TAN SOLO 1 METRO
1 comentario:
y el que alumbraba los mato
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